miércoles, 15 de diciembre de 2010

Jugando a ser mamá

Desde pequeñas, las niñas siempre han jugado a ser mamás. Juegan a limpiar la casa, a cocinar, a cuidar a los muñecos como si fueran sus propios hijos. Nacemos con el instinto materno. ¿Quién no ha dado de comer a su muñeco para que no pase hambre? Le cambiábamos los pañales, les acostábamos, mimábamos, reñíamos y nos creíamos mujeres hechas y derechas con, fácilmente, 4 o 5 años.
Recuerdo jugar con una aspiradora de mentira, traía pequeñas bolas para tirarlas al suelo y aspirarlas. Me podía pasar horas limpiando. Pero una cosa es jugar y otra cosa es vivirlo.
Una chica de 10 años con un hijo recién nacido, ¿qué hace?, ¿Juega con él? Seguramente, ya que con esa edad es complicado entender en qué consiste la educación y saber cómo se cría a un hijo.
La joven ha perdido por completo su infancia y su inocencia. A partir de ahora, ¿Quién pone los regalos de reyes a quién? ¿Quién calma el llanto de alguna de las dos? ¿Quién explica a quién?
Imaginaros, si es difícil criar a un niño con 30 años, no quiero ni pensar cómo debe ser para alguien con tan poca vida vivida, con tan poca experiencia y una obvia falta de madurez.
Esta vez no es un juego. No te puedes aburrir de el. Y lo peor, no puedes cambiar de juego porque pequeña, el que has elegido es para toda la vida.

No hay comentarios: